La próxima cumbre entre la UE y CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) en Bruselas representa una oportunidad significativa para ambos continentes. La UE busca nuevos socios comerciales ante el creciente influjo de China en América Latina y las lecciones aprendidas por su dependencia de Rusia en el sector energético. Los 27 países de la UE están interactuando activamente con los países de América Latina y el Caribe, que constituyen una de las regiones más grandes del mundo en exportación de materias primas. Bruselas ha identificado más de 100 proyectos de inversión específicos, como el metro de Bogotá y los autobuses eléctricos en Costa Rica, para fomentar la participación europea en la región.
Sin embargo, han surgido desacuerdos entre CELAC, un grupo diverso de 33 países sin una estructura clara, y la UE en cuanto a si y cómo abordar la guerra de Rusia en Ucrania en la declaración final de la cumbre. Esta tensión está poniendo a prueba la primera cumbre de este tipo en ocho años, que también coincide con el inicio de la presidencia española de la UE.
En la cumbre participarán presidentes como Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil y Gustavo Petro de Colombia, quienes se preparan para anunciar programas de inversión en la región. España y la Comisión Europea ya han prometido contribuciones financieras sustanciales, y se esperan anuncios adicionales de otros Estados miembros como Suecia, los Países Bajos, Finlandia e Irlanda.
La UE tiene un gran interés en América Latina, siendo su principal inversor, pero ha enfrentado desafíos para mantener su posición como tercer socio comercial, detrás de China y Estados Unidos. Para promover la inversión, la Comisión Europea ha identificado más de 100 proyectos en diversos sectores en toda la región.
La cumbre se centrará tanto en discusiones políticas como en reuniones bilaterales entre líderes de ambos continentes. También se llevará a cabo un foro empresarial con importantes empresas europeas en paralelo.
La UE tiene como objetivo encontrar un equilibrio entre perseguir sus intereses en las materias primas estratégicas de América Latina, como el litio, y asegurarse de no parecer un poder extractivo. Algunos líderes, como Lula da Silva y Alberto Fernández de Argentina, ya han advertido contra este enfoque, y grupos de la sociedad civil, como Oxfam, han criticado priorizar las inversiones privadas.
La cumbre también abordará el estancado acuerdo con Mercosur y buscará iniciar acuerdos de cooperación y asociación con Colombia, Chile y México. La UE y los líderes latinoamericanos están trabajando para establecer un órgano de relaciones diplomáticas que fomente una relación más fluida y cierre las brechas antes de la próxima cumbre, que potencialmente se programará para 2025 en Colombia.
Sin embargo, el tema de condenar la invasión de Rusia en Ucrania se ha convertido en un punto de conflicto importante en la cumbre. Algunos países dentro de CELAC, como Cuba y Venezuela, mantienen fuertes lazos con Rusia, mientras que otros, como Brasil, rechazan la guerra pero buscan un papel mediador. Las negociaciones sobre la declaración final continúan, siendo Ucrania un punto de desacuerdo significativo, y existe el riesgo de que la cumbre concluya sin una declaración, lo que podría exponer divisiones entre las partes.